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Mostrando entradas de 2016

Escuchemos las cosas

                                                       A vos Escuchemos las cosas caerse quebrarse hacerse añicos contra la impiedad del absurdo y riámonos descostillémonos retorzámonos que la razón puede vivirse frágil mortal inocente sobre cada fragmento irreparable.

Komorebi

En la textura en la figura sonora de las imágenes sustantivas baila el mensaje escurridizo. Encontramos en el segundo como por vez primera ciertos procesos u objetos en apariencia asibles por el idioma. Pero en el no lenguaje todo es komorebi fuera de su lengua. O lo imaginario lo atemporal del sentido que repara en el haz de luz que se cuela movedizo por entre las ramas, las hojas como queriendo alcanzar el secreto de los instantes irrepetibles.

No es el viento

el viento no es quien me danza en los oídos desprendiendo sensación de reparadora tortura. Quien, como personaje audaz expele arcaico sobre mí los resabios de la dexistencia impía.

Gnosis

No soy entonces invisible. Entera. No soy la gota insípida. Fresca. En los albores de la noche sobreviene la mudez. Durante el día la yerma conciencia. ........................ El rayo del sol me perfora la carne. Los ojos. El lenguaje. Cuando amanece la aridez entre el silencio cobarde.  

El cero

                 II Cuando existo el lenguaje y la sensitividad irrumpen al unísono como un dejo de olvidable placer. I Y si el no haber estado nunca el no haber existido deja un sabor amargo en la otra lengua                   es porque acá/y/ahora cuando inevitablemente estoy no hay manera de separar esos sabores esos saberes confundibles, impenetrables del primitivismo que ronda  el tiempo presente y a la vez la inexistencia.                  

Si se embalsa el río

Entre la primavera del 62 y el invierno del 71, Luciano tuvo siete hijos. Ya transcurrido el primer trimestre del embarazo número cuatro decide, mujer mediante, encajonar su guitarra criolla manufacturada en el 53 y el acordeón que escasamente recuerda dónde y cómo consiguió.  Se inicia en la labor de la albañilería con un pesar, créanme, mayor al de aquel que despierta una mañana sabiéndose esclavo, y se enfila en la incertidumbre de saberse hombre fértil y rutinario.  Por suerte, el pueblito crece y la mayor parte del trabajo la realiza sobre las costas del río. Ranchos de fin de semana, ampliaciones en chacras, su propia casa. Andá a saber si eso le importa. Lo que sí, cerca de la costa es mejor siempre. Al menos hay verde, al menos hay azul, al menos el río corre y Luciano no sabe si desemboca o mucho menos dónde. Eso es muy bueno. Porque Luciano piensa entretanto que el chamamé viene del norte, y viene bajando con un cúmulo de brisa sabor pez hasta donde está él, laburando. L

Aripiprazol

Tanto en mi mente ha tomado carácter de acontecimiento. No quiero escindir-me entre los versos o la cabeza estuve cientos de veces en esta hamaca en el año 2021. Todo lo viví hasta la transitoriedad. No hay incertidumbre. No quiero escindir esta prosa. No quiero hablar. No quiero decir. No quiero pensar. El aire está viniendo desde detrás de mis orejas. El aire está viniendo desde mi frente. Mi pelo tiene gusto a almendras o transpiración. La lluvia está viniendo desde el este. Los relámpagos desde Uruguay. Los truenos desde absolutamente todas partes. Yo vengo fragmentada con el viento. Este poema tiene sabor a agua. El agua no tiene sabor. Este cuerpo tiene olor al 2021. Noviembre 2015

¿O no es tu memoria, también, esperpento y autoficción?

<< A mi otra yo, que me acompañó los últimos cinco años . A quien despido con esto . Y amo . >> <<Once there was a little girl used to wonder what she would be went out into the big wide world now she's just a memory>> Mark Knopfler Prólogo No es casual que a este breve poemario lo integren ocho poemas (además de las intervenciones de los Corifeos): Las arañas tienen ocho ojos y ocho patas y, para varias culturas, son   el símbolo de la evolución, del crecimiento y la sabiduría del destino que construimos. Y viene a cuento también por dos razones: El sentido del conjunto, desde la dedicatoria “a mi otra yo que me acompañó los últimos cinco años…” o, el epígrafe, donde cita al músico Mark Knopfler: “Había una vez una niña/ que se preguntaba qué sería salir al gran mundo/ ahora ella es solo un recuerdo” (la mala traducción es mía); recorren algo así como lo que en biología se conoce como la “muda”, la renovación de los tegumento