En la hora en que las palabras
abundan en el aire húmedo
de las respiraciones,
sos mío.

Sos mío,
en la hora en que
las palabras se apiedran
en la garganta, para que hable la piel.
Y en la hora también en que la noche
me abraza la cintura sobria de
tus manos tibias y lejanas,
sos mío.
Y sos
mío, amor,
en el adentro hondo y
distante del frío, y de la separatidad.
Eimí.
abundan en el aire húmedo
de las respiraciones,
sos mío.

Sos mío,
en la hora en que
las palabras se apiedran
en la garganta, para que hable la piel.
Y en la hora también en que la noche
me abraza la cintura sobria de
tus manos tibias y lejanas,
sos mío.
Y sos
mío, amor,
en el adentro hondo y
distante del frío, y de la separatidad.
Eimí.
Comentarios
Publicar un comentario