Te extraño... sí, a vos dulzura,
tierna pasión que me transporta,
fresca sensación que me baña
en su sensitiva blancura,
muso sensual que me desborda
de claros sentidos el alma.
A vos único poder abstracto
que te cuelas debajo de mi piel,
a deleitosa magia que conservas...
el incorpóreo y singular tacto,
que te hace de mi reino, rey
que a este, mi espíritu enerva.
Anhelante se vuelve mi esencia
al poder de tu escritura en mí,
adicta a tu delicioso veneno,
que porta muerte en su ausencia.
Viciosa de ese, tu sentir,
que yo, magnánima celebro.
Busca mi ser desesperado
refugio en tu sabia melancolía,
buscan mis labios el sabor
de la savia que han degustado...
tu falta que se convierte en agonía,
y el desearte en delicado dolor.
Ya comprendí yo mi castigo,
el del olvido que daño te causó,
de no ser yo poetisa fiel
de no aceptar yo tus designios...
apoderate de mi ser inspiración,
aunque no digna yo de merecer.
Eimí.
Mayo 2010
tierna pasión que me transporta,
fresca sensación que me baña
en su sensitiva blancura,
muso sensual que me desborda
de claros sentidos el alma.
A vos único poder abstracto
que te cuelas debajo de mi piel,
a deleitosa magia que conservas...
el incorpóreo y singular tacto,
que te hace de mi reino, rey
que a este, mi espíritu enerva.
Anhelante se vuelve mi esencia
al poder de tu escritura en mí,
adicta a tu delicioso veneno,
que porta muerte en su ausencia.
Viciosa de ese, tu sentir,
que yo, magnánima celebro.
Busca mi ser desesperado
refugio en tu sabia melancolía,
buscan mis labios el sabor
de la savia que han degustado...
tu falta que se convierte en agonía,
y el desearte en delicado dolor.
Ya comprendí yo mi castigo,
el del olvido que daño te causó,
de no ser yo poetisa fiel
de no aceptar yo tus designios...
apoderate de mi ser inspiración,
aunque no digna yo de merecer.
Eimí.
Mayo 2010
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