Quies aspiraba la tibieza
entre los pastos de su mundo
en su voz se sentía la pureza,
causa del bullicio moribundo.
Chaos como siempre aventurero
nadaba entre sus inquietos mares...
en él, la rudeza de un guerrero
exploraba caóticos lares.
Quies ignorante de costumbre
no aguardaba el inesperado "toc-toc",
ni que alguien de aspecto lúgubre
fuera al encuentro de su razón.
Cuando puertas de su hermetismo
ya su paraíso no encubrieron
vio entrar al neto liberalismo
que sus orondos ojos jamás vieron.
Y Chaos como siempre anhelante,
era rey de todo sitio cual visitaba...
sus ojos no vieron algo semejante
ni en un millón de batallas lideradas.
Y la unión no fue de sus miradas
sólo común y frenética unión,
envolvió el lugar tal llamarada,
muy bienvenida para la ocasión.
Quies atónita no entendía,
su ignorancia no quería entender...
Chaos desconcertado fingía,
no creía lo que decía creer.
Y del primer amor fugaz surgió
un odio inentendible de ideales...
Quies no quería entrar en razón,
Chaos tenía victorias mundiales.
Y aquel mundo de Quies cambió,
no era el mismo aire de antes
desde que el audaz Chaos lo mezcló
con la exhalación de aires arrogantes.
Quies y Chaos conviven eternos,
Chaos suele ganar el dominio...
mas existen instantes etéreos
el brillo de Quies, adamantino.
Eimí.
Octubre 2009
entre los pastos de su mundo
en su voz se sentía la pureza,
causa del bullicio moribundo.
Chaos como siempre aventurero
nadaba entre sus inquietos mares...
en él, la rudeza de un guerrero
exploraba caóticos lares.
Quies ignorante de costumbre
no aguardaba el inesperado "toc-toc",
ni que alguien de aspecto lúgubre
fuera al encuentro de su razón.
Cuando puertas de su hermetismo
ya su paraíso no encubrieron
vio entrar al neto liberalismo
que sus orondos ojos jamás vieron.
Y Chaos como siempre anhelante,
era rey de todo sitio cual visitaba...
sus ojos no vieron algo semejante
ni en un millón de batallas lideradas.
Y la unión no fue de sus miradas
sólo común y frenética unión,
envolvió el lugar tal llamarada,
muy bienvenida para la ocasión.
Quies atónita no entendía,
su ignorancia no quería entender...
Chaos desconcertado fingía,
no creía lo que decía creer.
Y del primer amor fugaz surgió
un odio inentendible de ideales...
Quies no quería entrar en razón,
Chaos tenía victorias mundiales.
Y aquel mundo de Quies cambió,
no era el mismo aire de antes
desde que el audaz Chaos lo mezcló
con la exhalación de aires arrogantes.
Quies y Chaos conviven eternos,
Chaos suele ganar el dominio...
mas existen instantes etéreos
el brillo de Quies, adamantino.
Eimí.
Octubre 2009
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