Hoy escribe otra mano.
Tiene menos deslices,
más risas felices.
más risas felices.
Menos sangre en los años.
Menos lenguaje en el verbo.
Esta mano no escribe,
juega con letras, y ríe
más poesía en el cuerpo.
Hoy escriben otros dedos.
Sin miedo a escribir mal o bien,
o a apellido de quien.
Escupen trozos de cielo,
arañando tierra en suelo.
Dedos de aire agitado,
y de silencio callado;
hoy escribo a dedo suelto.
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