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Así que encarcelé mis partes.

Hay ciertos deseos incumplidos como
los pies descalzos a la hora de la siesta
en primavera,
o las manos al fuego al anochecer
en el invierno.

El torso desnudo por las noches
en verano,
o el oído pegado al viento al amanecer
en el otoño.

Luego, también estás vos, y están...
Mis ojos.
Y las cuatro estaciones juntas entre nos.

Así que encarcelé mis partes...
Lo siento.

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