Si yo digo que vivo
adentro de una gotita que se fragmenta en mil pedazos
y, por lo tanto, en mil gimenitas cuando toca la cerámica roja,
debe ser verdad
todo eso.
Igual que la verdad.
Si yo digo que existo
y soy la suprema gimena que posa su visión en los mil fragmentos
de las gotitas donde viven las gimenitas,
es cierto que todo eso
existe.
Como la gran verdad
que se ve con los poros
y se toca con el cerebro.
Y si yo digo que se hospeda
la verdad encima de las cabecitas de
las gotigimenitas:
a tu ojo,
y el de él
y el del otro
y la otra
todo eso sabe
a ficción. Pero existe
todo eso
existe.
adentro de una gotita que se fragmenta en mil pedazos
y, por lo tanto, en mil gimenitas cuando toca la cerámica roja,
debe ser verdad
todo eso.
Igual que la verdad.
Si yo digo que existo
y soy la suprema gimena que posa su visión en los mil fragmentos
de las gotitas donde viven las gimenitas,
es cierto que todo eso
existe.
Como la gran verdad
que se ve con los poros
y se toca con el cerebro.
Y si yo digo que se hospeda
la verdad encima de las cabecitas de
las gotigimenitas:
a tu ojo,
y el de él
y el del otro
y la otra
todo eso sabe
a ficción. Pero existe
todo eso
existe.
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