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De cuando me evaporo.

Desnuda
húmeda
mojada
estoy
sobre los azu-
lejos
del baño
empañado
evaporado
miro apenas
las gotas en mis
piernas dormidas
siento
mi pelo enervado
mientras es atravesado por
mis dedos
arrugados;
cremosos
se entrelazan al cabello
-que lo siente-
otra vez,
arriba
abajo,
y yo
desnudahúmedaymojada
no siento sino
apenas
las gotas de la lluvia de la ducha que es el cielo
golpeando suavecito
mi espalda
goteante
el pelo
hipersensible
a la docilidad de
mis dedos
arrugadosycremosos.
Y yo,
ahí
en ese suelo
de ese baño

no sé ni dónde estoy,

si me he evaporado al fin
para viajar a mi ese
tiempo especial
donde soy una nenita con
los rizos
secos y dorados
mirando
una vez más
las hormigas
rojas
traidoras
pequeñitas
a la par que sueño
-vuelvo a soñar-
esas cosas que una sueña
cuando es
chiquitita
ínfima
feliz.

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¿O no es tu memoria, también, esperpento y autoficción?

<< A mi otra yo, que me acompañó los últimos cinco años . A quien despido con esto . Y amo . >> <<Once there was a little girl used to wonder what she would be went out into the big wide world now she's just a memory>> Mark Knopfler Prólogo No es casual que a este breve poemario lo integren ocho poemas (además de las intervenciones de los Corifeos): Las arañas tienen ocho ojos y ocho patas y, para varias culturas, son   el símbolo de la evolución, del crecimiento y la sabiduría del destino que construimos. Y viene a cuento también por dos razones: El sentido del conjunto, desde la dedicatoria “a mi otra yo que me acompañó los últimos cinco años…” o, el epígrafe, donde cita al músico Mark Knopfler: “Había una vez una niña/ que se preguntaba qué sería salir al gran mundo/ ahora ella es solo un recuerdo” (la mala traducción es mía); recorren algo así como lo que en biología se conoce como la “muda”, la renovación de los tegumento...
Veíamos a Cobain destrozado y me daba los besos más sinceros en el suelo sin sombras que nos arrastraran los pensamientos. Llamábamos los sonidos y el olor a los sueños de triunfar con las tripas en una ciudad tal vez inventada, apretando los párpados, fuerte, aferrados al instinto. Desde el piso frío igual que a los 13 me elevaba la imaginación y la vida, sin importarme llegar al final deformada y con los párpados grisáceos y sola como empecé. Como si fuera parte del sueño también el meter la llave en la cerradura mojándome con la lengua el labio superior para no despertar a nadie o volver con los pelos revueltos sin un poquito de vergüenza porque nunca a nadie una boca le puso tan cerca de la nariz la incertidumbre, hasta el punto de poder oler el futuro en el propio aliento excitado.

Sola

  Me gusta una solera de los '90 que era de mamá o porque era de mamá Usarla en enero en enero cuando a la noche se pone fresquito y la tela no se me pega a la piel y se sienten como frescas las flores medio desprendidas del vestido medio idas al trago Hay un segundo aire en el roce del ruedo sobre los tobillos el estampado no se renueva y toda la vida es el mismo enero aplastado en la espalda sola que a veces parece diferente