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El tren como serpiente.

(Yo la he visto en el punto en el que se fusionan
el ojo y el cerebro y el cerebro a la mente.
La concepción de la visual:
ojo el espermatozoide,
óvulo el cerebro.)

Muy orgánica estabas en mi puntito minúsculo
porque eras mujer. Una mujer
en un tren.
Lo sé. Yo te vi
subrayando las mismas palabras que yo,
el poemario tan caótico en tu pecho de respiración agilizada.
Tus líneas bajo las palabras:
otoño
sombra
tiempo
eternidad.
Estabas subrayando un poemario en un tren y
lo ensuciabas entero, con tu pulso torcido. Los círculos
envolviendo los adverbios
que nunca concluías.
Ahora yo te sobresubrayo, estática, sobre la mesa plana.
Devuelvo el orden, prolija, a tu caótica lectura
de tren en marcha.
Ya no quedan rastros de vos.
Es mía, ahora,
tu lectura.

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