Y si arrancaran mis dedos ya estarían
en la cumbre de los cielos dedísticos:
dos cielos índice
con uñas de esmalte despintado,
dos negritos sucios
por rasquetear desprolijos la tierra poética.
Dos cielos delicados de meñiques
quebrantables y modales europeos.
Dos gordísimos
de desayunar y mezquinar y atragantarse
con poemas por la mañana.
El cielo para el soltero, el cielo para el casado.
Dos cielísimos mayores, rebeldes y elevados.
(Paraísos fuck you, paraísos fuck you, sí).
Y si arrancaran mis dedos, solos,
se irían mis manos
como dos arañas gigantes
moviendo sus patitas rápido,
bajando el picaporte,
abriendo la puerta,
dejando abierta toda mi casa inmensa;
y yo me quedaría manca viéndolos
trepar egoístas por las paredes,
llegar a sus cielitos y
pintarrajearse de identidad multicolor.
pintarrajearse de identidad multicolor.
Divorciarse para siempre
de mi cerebro machista y
sobreprotector.
Comentarios
Publicar un comentario