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Fusiones.

Sucedieron unos varios otoños
de anhelos desprendidos
hasta que volví a encontrarme.

Solía hablarme unos encuentros atrás
acerca de buenos pensares
que podrían valer dorado;

pero hoy, las buenas nuevas
son palabras escurridizas
o balbuceos de moribundo apuñalado.

Ya no canto lo que supe amar
ni hablo envuelta en piel novel
porque me atraviesa por entero la falsa sabiduría.

Más bien me toco en el enfrentamiento
las arrugas prematuras del alma
y los escombros de la ingenuidad

y temo ya no ser dos
porque en el aire cuajado de usualidad,
ni converso, ni me siento en compañía.

Sucedieron unos varios otoños
y nosotras, ahora
ya no nos asemejamos a un encuentro.

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