¿Por qué no mencionarlo con miedo y cavar un agujero que me trague para siempre? Por qué ahora mismo no me vuelvo loca y te menciono cómo cómo cómo cómo cómo cómo cómo cómo cómo ¡quién! Quién está debajo de la planta de mis pies. Quién me menciona mientras soplo suavecito una hormiga izquierda en la palma izquierda de mi mano izquierda. Y ¿cómo? Cómo pedirte perdón cuando la simple mente no sabe ya cómo besarte y cae su peso llorón sobre los acariciadores pastos que es el centro de tu pecho. Cuando estaba loca cuando estaba loca me gustaba arrancarte algunos pelos verdes pelitos y yo ¿cuándo? ¿Cuándo dejé de acariciar el lado áspero y claro de tus verdes hebras? Cuando el sol sobre nuestro pequeño abrazo me aclaraba hasta parecerme al aire. Cuando estaba loca me mencionabas mucho y tu mención me hacía transparente y me arrastraba hasta el agua con el viento y ya en el agua salpicaba con énfasis a los niños en verano. Y dón...