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Le leí la mente a un tipo enamorado.

"Capaz no está pensando en que cuándo vive o si vive o no, definitivamente ni piensa.
- "                           " - eso dice, eso le leo. Eso está arriba y abajo. En su energía.
Y hasta su silencio me resulta profundo. Eso dice "quiero, creo, qué qué qué, quién quién, por qué. Qué rico el mate, que rico lamer la vida a veces, que rico no lamer y tragarme la saliva también." Todo eso dice su silencio. Aunque capaz ni es silencio, capaz escribe sus pensamientos con letra minusculita para que gente como yo no la descubra ni la desnude porque es timidita y vergonzosa. Simploncilla.
Qué ruido que me hace porque su real silencio serían sus gritos. Si cuando se va está todo quieto y aburrido. Quiero leer lo que queda y son todos:
- "Mañana hay que..." - Juan.
- "Mañana tengo que..." - María.
- "Mañana, fo, mañana..." - Muchos.
Ah, como ya la extraño, como ya me..."

Y ahí fue cuando se durmió y sus sueños causaron interferencia en la recepción de la señal.

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